Pez Mandarín, dragón de agua salada
El pez Mandarín o Gobio Mandarín (Synchiropus splendidus) es un pequeño pez de colores brillantes perteneciente a la familia de los Dragoncitos, muy popular en los acuarios de agua salada. Los Dragoncitos o Callionymidae (calinonímidos), son especies tropicales, una familia de peces marinos incluida en el orden Perciformes.
Cómo es el pez Dragón
El también llamado pez Dragón puede ser encontrado bajo distintos seudónimos en la bibliografía especializada: Callionymus splendidus, Neosynchiropus splendidus o Pterosynchiropus splendidus.
Se trata de un pequeño pez, entre los 6 y 8 cm como máximo, cuyo cuerpo es de forma alargada y cilíndrica. Presenta los ojos saltones y la boca de pequeño tamaño ligeramente proyectada hacía delante. Posee dos aletas dorsales (en algunas bibliografías se comenta un aleta dorsal partida en dos) y aletas ventrales adaptadas a facilitar su movimiento sobre el sustrato. Tiene cuatro espinas dorsales y sin embargo no posee espinas anales.
Su coloración es muy llamativa destacando varias franjas verdes, anaranjadas, y amarillas, con azul o verde brillante como color de fondo. Gracias a la extraordinaria coloración y singular comportamiento se ha convertido en una de las especies más valoradas por la mayoría de aficionados a la acuariofilia marina a pesar de sus dificultades iniciales.
Tiene una película de grasa que cubre su cuerpo, protegiéndole de muchas enfermedades características de la piel, es totalmente inofensiva al contacto con nuestra piel. Es importante que las condiciones del acuario sean óptimas para este tipo de pez, así no corremos el riesgo de que produzca un exceso de sebo que podría ahogarlo o que no produzca lo suficiente. No se deben usas compuestos de cobre en un acuario que albergue a un pez Mandarín.
Hábitat del Gobio Mandarín
En la naturaleza habita en el océano Pacífico al oeste desde las Islas Ryukyu a Australia. Vive asociado a los arrecifes coralinos, entre los que encuentra cobijo, en profundidades comprendidas entre los 1 y 18 metros, donde la temperatura oscila entre 24 y 26ºC.
Normalmente se localiza en pequeños grupos que frecuentan pequeñas áreas del arrecife. En estos grupos sólo existe la presencia de un macho ya que son muy territoriales y agresivos.
En cautividad ante la imposibilidad de que el macho menos dotado se retire, los ataques constantes del dominante acabarán con su vida. Está agresividad también se extiende a individuos de otros géneros que muestren iguales formas y coloración.
El acuario del Mandarín
Puede ser mantenido en acuarios muy pequeños siempre que hayamos logrado adaptarlo a la alimentación que podamos ofrecerle.
Si no estamos seguros de su adaptación al alimento, acuarios de entre 200 y 250 litros muy decorados con roca viva de calidad y sustrato adecuado nos permitirán albergar ciertas expectativas de lograr su adaptación. Acuarios de mayor tamaño pueden complicar el control sobre su correcta alimentación.
Condiciones del agua
Las habituales en acuarios de arrecife, con especial atención a la temperatura y a los compuestos nitrogenados. No toleran bien las temperaturas por encima de 27 grados, la ideal es entre 24 y 27, ni grandes concentraciones de nitrato.
Mantenimiento
Su mantenimiento en cautividad depende en extremo de su adaptación inicial, tanto a los nuevos parámetros acuáticos, como al principal problema que es la alimentación muerta.
Desde el punto de vista de la aclimatación esta deberá ser muy lenta incluso en el aspecto lumínico.
Si logramos obtener un animal bien adaptado su esperanza de vida en cautividad ronda los 6 años.
Alimentación del pez Mandarín
El principal reto en cautividad y por ello no se recomienda esta especie a principiantes, es la adaptación de esta especie básicamente carnívora, al alimento muerto. Se puede llegar a este objetivo utilizando artemia viva, e ir poco a poco mezclándola con muerta.
También se debe tener en cuenta no mezclar al Mandarín con otros peces competidores que alcancen el alimento a mayor velocidad. Hay que asegurarse de que la comida llega al pez Dragón esté donde esté dentro del acuario, puede ayudarse con el uso de un tubo o una jeringuilla.
Reproducción del pez Dragón
Aunque no es sencillo distinguirlos, se determina como norma que la primera de las aletas dorsales es de mayor envergadura en los machos que en las hembras. Esto sin embargo no es fácil de ver ya que en reposo las aletas dorsales se mantienen plegadas y no facilita distinguir su longitud exacta.
De todas maneras, recordando que los machos se pelean entre si, podemos asumir que si dos Mandarines en un mismo acuario no se pelean, es porque son macho y hembra.
De darse el emparejamiento y consiguiente desove, el problema se presenta con la alimentación de los alevines, ya que la mayoría del alimento disponible es demasiado grande para ellos, por lo que es necesario buscar opciones específicas para su tamaño y necesidades alimenticias.
Una posible opción es la utilización de nauplios de artemia recién eclosionados, que son pequeños y pueden ser fácilmente consumidos por los alevines. También es posible encontrar otros alimentos especializados para alevines de peces marinos en tiendas especializadas en acuariofilia. Te recomendamos consultar en la tienda que tipo de alimento te conviene mejor para estos casos.
En definitiva, no es un pez para quien se inicia en la acuariofilia. Si logra tener un Mandarín en su acuario y que se adapte a su nuevo entorno, sin duda tendrá un pez extremadamente vistoso con el que alegrarse la vista.