El 21 de Julio se celebra el Día del Médico Veterinario en Venezuela, para celebrar la fecha les traemos este texto como homenaje a todos aquellos que han dedicado sus vidas a tan noble profesión, entre maullidos, mugidos, balidos, relinchos, cacareos, ladridos y demás.
También a aquellos que se han dedicado a labores administrativas, legales, comerciales y otras relacionadas, haciendo que la profesión se enriquezca y dejando todo su corazón y piel en el trayecto.
¿Estudiaste Medicina Veterinaria? En ese caso sabes lo que es:
- Pasarte toda la noche haciendo un modelo del aparato digestivo y que al otro día el profesor te lo regrese porque olvidaste poner de qué especie se trataba...
- Haber aprendido para un examen todos los músculos del cuerpo (¡y descubrir que hay más de un glúteo!)…
- Y para el siguiente examen todos los huesos y sus diferencias si se trata de un perro, un caballo, un pollo...
- Haber aprendido el nombre de más de 500 parásitos, virus, bacterias, hongos, insectos y demás bichos raros que causan enfermedades en los animales; en algunos casos saber cómo lucen y cuáles pueden contagiarse a los humanos.
- Haberte llenado de excremento de vaca en un rancho en prácticas de bovinos de leche y que de regreso la gente crea que pisaste algo o que así hueles.
- Llevar a tu perro a prácticas de fisiología para que le escuchen el corazón o los pulmones.
- Bañarte una, dos, tres o ¡hasta cuatro veces al día! Ya sabes por aquello de la bioseguridad y reglas de las granjas, ranchos, plantas de alimentos, etc., y descubrir que el olor a semental puede durar varios días en tu nariz o sobre tu ropa...
- Que tus pacientes te muerdan, arañen, pateen, atropellen. En ocasiones con resultados desastrosos que pueden ir desde ojos morados, dedos torcidos hasta brazos o costillas rotas.
- Haberte picado por lo menos una vez con una aguja, con alambre de púas, cortado con un bisturí o una navaja, enterrado las fibras de una cuerda, quemado con un mechero, dado toques con el cerco eléctrico…
- Que tus amigos, familiares y demás te llamen por teléfono, te manden un mail o un mensajito a tu celular que diga "Hola..." y cuando piensas que alguien se acordó de ti, ves en la siguiente frase algo como "fíjate que mi perro está vomitando..."
- Has criado a mano gatitos, perritos, lechones, potros, corderos, cabritos y hasta becerros huérfanos y sabes lo que es pararte cada tres horas a darles de comer, limpiarlos, cuidar que no caigan por las escaleras o que se los coma un animal más grande.
- Te dan risa los que entran a la carrera diciendo que "no les gustan las matemáticas" y les adviertes de estadística, genética, nutrición, administración, cálculo de lugares y elaboración de proyectos.
- Sabes que las razas de gatos existen: y puedes nombrar otra que no sea siamés.
- Viajar kilómetros, y kilómetros, y kilómetros en la carretera para colectar UNA muestra de sangre de un triste puerco para hacer un análisis.
- Inseminar y palpar vacas, metiendo mano (y en algunas personas pequeñas hasta el codo) con total naturalidad como si estuvieras buscando la pelotita en un sorteo.
- Que no te consideren "Médico" cuando en realidad conoces enfermedades de más de 5 especies y sus tratamientos, además de nutrición, etología (comportamiento), por mencionar algo.
- Sentir esa sensación de felicidad indescriptible al diagnosticar una enfermedad, ver que el animal sigue vivo después de una cirugía y ver que tu tratamiento funciona.
Porque ser veterinario no es solamente cuidar a los animales es una forma de vida...
¡Gracias por esta allí!