Bulldog Francés: el payaso más adorable del mundo canino
El Bulldog Francés es un gran favorito entre los amantes de los perros, entre otras cosas por su divertido carácter de bufón o payaso. Eso sin contar con sus “orejas de murciélago” y su morro chato, que le dan esa característica apariencia que lo hace tan adorable.
El Bulldog Francés además es un perro de compañía, a diferencia de otras razas, no fue criado para cazar, ni para meterse en madrigueras de conejos y mucho menos como perro guardián. Fue criado para hacer compañía al hombre. Le encantará sentarse en tu sofá a ver televisión contigo, lo que no quiere decir que no le guste a diversión o sea inactivo.
Origen del Bulldog Francés
Como su nombre lo indica, Francia es la región de procedencia del Bulldog Francés. Sus orígenes se remontan a la década de 1850, en Inglaterra de la mano o pata del Bulldog Inglés.
En 1835 el Bulldog Inglés era muy conocido, se le criaba particularmente para peleas con toros y osos. Cuando las peleas entre animales fueron abolidas en Inglaterra, hubo un declive en la cría de este maravilloso perro.
Sin embargo, algunos criadores emprendedores empezaron a criar perros más pequeños, que serían conocidos como Bulldogs Toys o Miniatura, que pesaban un mínimo de 7,3 kg. pero no más de 11,8.
Estos perros fueron muy bien acogidos entre los artesanos y otros trabajadores de las artes manuales, que se los llevaron a Francia, al emigrar buscando trabajo, posteriormente a la Revolución Industrial.
Allí en Francia fue donde la raza finalmente se consolidó, hacia finales del siglo XIX, siendo los franceses los que redactaron el primer estándar para la raza.
Hacia 1896, la raza fue presentada en la exposición de belleza canina más antigua y famosa de EE.UU., el certamen del Westminster Kennel Club, y al año siguiente, las inscripciones en esta exposición se doblaron. Ese mismo año se fundó el French Bulldog Club of America donde se redactó el primer estándar estadounidense, especificando que la oreja “de murciélago” era la única aceptable.
El Bulldog Francés actual se parece mucho a sus antepasados franceses, ya que ha habido pocos cambios en esta raza desde principios del siglo XX.
Sus características
Al Bulldog Francés se le considera un perro robusto, a pesar de su tamaño pequeño, unos 30 cm de altura a la cruz y su peso que va entre los 8 y 14 kilos.
Su cuerpo es corto de musculatura potente, con un lomo que se eleva ligeramente, inclinándose hacia la cola, con las patas traseras un poco más largas que las delanteras. También tiene la espalda ancha lo que da esa sensación de resistencia.
Su cabeza es fuerte, ancha, cuadrada, con unos pliegues y arrugas casi simétricos. Desde el cráneo descienden unos arcos muy prominentes hasta las cejas, que se separan por un pequeño surco, por eso da la sensación de estar siempre frunciendo el ceño.
Los ojos suelen estar alejados de la nariz y de las orejas, y son oscuros, grandes, redondos y ligeramente sobresalientes, lo que impide que se vea la zona blanca cuando mira de frente.
Las famosas “orejas de murciélago del Bulldog Francés” tienen un tamaño mediano y se mantienen siempre rectas. Anchas en la base con el extremo superior redondeado. Están bastante separadas entre sí.
Son perros braquicéfalos, es decir de cara y hocico cortos, con mandíbulas potentes. La nariz es muy chata, ancha, respingona y corta.
La cola del Bulldog Francés es muy corta, pero gruesa en la base y afilada en la punta. El estándar de la raza exige que se debe enroscar o anudar naturalmente.
Con respecto al color de su manto, podemos hablar de tres variedades: atigrado, que es una mezcla de manto negro y matices; blanco-atigrado, es decir, con el fondo blanco y manchas atigradas; y arena, que a su vez tiene varias tonalidades como el rojo o el marrón claro.
Nada mejor que un bulto de Bulldogs franceses uno encima del otro.

Carácter de los Bulldogs Franceses
¿Cómo son los Bulldogs Franceses? Son perros afectuosos, listos y sensibles. Se muestran tranquilos con las personas mayores, aunque también son muy receptivos a los juegos de los niños.
Pueden ser un poco testarudos, pero también son valientes, adaptables e inteligentes. Son juguetones, aunque no excesivamente escandalosos.
Al Bulldog Francés le gusta la vida en familia, y en ocasiones, puede ser muy demandante, llamando la atención para las caricias familiares. No les gusta quedarse solos en casa todo el día.
No son perros para vidas atléticas, pero si son muy divertidos, de hecho, son los payasos del mundo canino. Mientras que otros perros pueden no disfrutar de usar sombreros de papel y posar para fotos de cumpleaños, o usar camisetas y pasear en carritos para bebés, los Bulldogs franceses lo aman. Les gustan los sombreros, los lentes, las gorras y hasta las orejas de Mickey Mouse. No hay payasada en la que no se sientan contentos de participar. Hay quien dice que heredaron este gusto de sus ancestros los Bulldog Ingleses.
Además, disfrutan de viajar en cualquier tipo de vehículos, es común encontrar vídeos y fotos de Bulldogs franceses en patinetas, coches, carritos, bicicletas y más.
También les gusta hacer cosas en pareja. Si a un Bulldog Francés le agrada disfrazarse para celebrar un cumpleaños, le gustará tener a otro Bulldog Francés a su lado que también vaya disfrazado. Y si está disfrutando de estar recostado en el sofá con su persona favorita, amará que otro Bulldog Francés se recline sobre él.
Cuidados del Bulldog Francés
Con un promedio de vida de alrededor de 12 años, el Bulldog Francés no es muy exigente con respecto a sus cuidados diarios. Al ser un perro de pelo corto, su manto es muy fácil de mantener, un cepillado diario lo mantendrá en excelente estado, y si lo frotas con una toalla obtendrás más brillo.
Las arrugas de la cara requieren algo de atención. Las puedes limpiar con un pañito húmedo y aplicar luego alguna crema especial o vaselina para proteger la piel y evitar que se irrite y se produzcan heridas por el roce y la sequedad.
Debido a su constitución, tiende a engordar muy rápidamente, por eso necesitas alimentarlo adecuadamente para que no sufra sobrepeso.
Se adapta bien a la vida de interior y no necesita hacer mucho ejercicio, aunque como todo perro sí es aconsejable que lo saques a pasear a diario.
Salud del Bulldog Francés
Adicional a sus cuidados diarios, hay algunas consideraciones de salud que debes tomar en cuenta para velar por tu Bulldog Francés.
Lo primero que debes recordar es que el Bulldog Francés pertenece a las razas braquicefálicas y debido a esta configuración, son muy susceptibles al frío y al calor. Por esto no se recomienda que hagan ejercicios fuertes al sol y también protegerlos del frío, ya que ninguno de los extremos es bueno para esta raza.
Asimismo, por ser braquicéfalo, tienen tendencia a roncar, punto que debes tomar en cuenta, si piensas dormir con tu Bulldog Francés.
Por otro lado, la forma de su cabeza y sus hermosos ojos, algo saltones, los hacen sensibles a golpes y traumatismos. Tenlo presente a la hora de juegos y ejercicios.
Y en caso de que pienses tener cachorros, debes saber que los partos normales en los Bulldogs franceses son raros. Esto se debe al gran tamaño de la cabeza y al pequeño diámetro pélvico de la madre, casi siempre se deben realizar cesáreas.
Aunque en general el Bulldog Francés es un perro saludable y fuerte, debes tomar en cuenta posibles circunstancias sobre la raza, ya que pueden ser propensos a ciertas condiciones, como dificultad en evacuar las glándulas anales, cataratas juveniles o degeneración prematura de los discos intervertebrales.
Tu veterinario podrá darte consejos sobre como cuidar mejor a tu Bulldog Francés y como evitar algunos problemas particulares de la raza.